O D I N E A

sábado, 17 de diciembre de 2022

Qué necesita para saber una mujer

Ante la pregunta de Adrienne Rich (1979): 

¿Qué necesita para saber una mujer?


Necesita saber que se puede fallar

que se puede fallar porque 

somos un ensayo de nosotras mismas.


Hemos sido construidas con pesadas cadenas

donde pesan más las cadenas internas:

podemos fallar. 

Es necesario fallar

intentar soltar esas cadenas

Intentar, aunque se falle:

en una de esas ya no fallamos.

En realidad, en cada intento

algo se cambia, nunca es igual.

Y si nunca es igual,

entonces en cada intento que se falla

hay algo que no falla

¡Pero cuesta tanto verlo!

No han enseñado a no verlo

Aunque eso no signifique que en algún momento

aprendamos a verlo.

En cada intento.


Necesita saber que no somos más

que un instante que se entrega 

para que la vida ya no sea de cadenas

¿Cómo no se ha de fallar?


Somos un ensayo de nosotras mismas. 


viernes, 11 de noviembre de 2022

Noviembre

Todos los días

me desmorono

un poco menos

jueves, 22 de septiembre de 2022

Hay líneas

hay líneas que se escribieron hace un tiempo

quedaron sueltas en un borrador
a camino
un camino
           aclarecido de
                                     luna
                bordeado
bordado

                en un vaivén de decisiones 
             -en medio de tiempos históricos-   
nos separamos, nos encontramos, nos separamos 
viajamos a la montaña, más allá de la montaña, 
al mar,                                              a la montaña, 
                            a la familia, 
al mar 

                 y nos quedamos desnudos 
                             frente al sol 
                   que se inunda en verano 
                              y en otoño 
                                                                        -desde tu balcón
                                                                        (que ya no existe)- 

todas esas veces y estas veces las envuelve un mismo amor 
                                                                         son huellas, 
que se deslizan 
en la memoria de sentirte en el cotidiano, 
en las ilusiones de vidas que buscaban formas de ser vividas, 
en los deseos que se rezan para noches dormidas 

otras formas, para ti                para mi 
                              otras voces
                  otras palabras
         otras historias                                       
otros silencios que se comparten
                              frente al sol
que se nombra amanecido
atardecido
que se quiere querido

estas líneas son para agradecer
tanto andar desprevenida de la mano
tanto camino aclarecido de lunas que se bordan
                                                         y desbordan 
                                          -por tu canto estremecido-

se eleva en el horizonte de mares infinitos
tu voz serena y complacida
que canta con el viento
con la brisa con el cielo

recuerdo de mis días
de sentirte compañero
plenamente
compañero

viernes, 19 de agosto de 2022

A veces

 A veces 

no quedan palabras para expresar lo que pasa por dentro,

porque no son pocas las veces 

que los adentros son nebulosos grises y enmarañados,

no caben, se retuercen, duelen y queman,

que lo que siento es profundo intenso confuso:

por más blancos o negros que me obligo a decir,

en mí habitan los grises, los oscuros con los claros,

todos los colores con todos los colores 

y todos al mismo tiempo.

 

A veces 

me trago las tiranías del ser que no estoy siendo:

los deberes, los mandatos, las obligaciones de tener que llegar a ser,

sin ver lo que realmente estoy siendo en el camino,

porque en el camino se me confunde el presente.

La tiranía de que debo ser fuerte e independiente.

La tiranía de ser resuelta.

Cuando nada está resuelto.  

domingo, 26 de marzo de 2017

Nadie

Nadie piensa en ti
El camino que esconde tu sombra
La gente entremedio
No se descubren tus zapatos
Ni tus ropas ni tus rostros
Ni los soles que no te alumbran
Nebuloso
No estás no eres
No te piensan
No te piensas



viernes, 27 de enero de 2017

Cuentos celestes

a Cristóbal le gustan
los cuentos celestes
de mar
de azul morado
sin rocas sin playas
de adentro
mar adentro
                   los barcos
llenos trabajados
quietos trabajados
en el sol que termina
inundado
en el sol que se inicia
inundado celeste
cuentos celestes

y un pájaro
           que visita
                         planea
                  le visita
a todas horas
a cada hora
nadie lo ve
a Cristóbal le gusta

martes, 5 de abril de 2016

Miedo al miedo

a no sentir
a dejar de ser
de oler, gustar,
ver, tocar, escuchar
a no querer
y querer demasiado
tanto tanto
que me pierda
a la pena, a la rabia,
al llanto , a la ira
al todo y a la nada

al estar en el medio
sin ser percibida
sin darme cuenta
sin que me salven
ni salvarme
yo misma.

martes, 10 de noviembre de 2015

Para llenar un mar

Cuánto habré de llorar
para llenar un mar

Cuánto habremos de llorar
para llenar el mar

viernes, 29 de mayo de 2015

las hojas

He de contarte, Camila
que sin querer prestar mucha atención,
las hojas comenzaron a caer temblorosas
en medio de los parques.
En pleno sol, en plena lluvia,
ya no recuerdan su camino estacionario.
Yo me pregunto si en estos años,
es el otoño el que ha decidido caer desparramado
O si son las hojas
que por desapercibidas,
se han rendido a su suerte.
Lo cierto,
es que de vez en cuando hay ventoleras
Que las hacen viajar sin paradero fijo
que las arrebata de sus paisajes
que las despoja de sus ramajes más férreos...
Solitarias y temblorosas,
solitarias y oscurecidas,
parecen convencidas de su rumbo incierto
dando la vida por ello.
Dando su muerte por ello.
Nosé si te habrán comentado,
pero pasan los años
en este vaivén de hojas secas,
en el vaivén de los otoños
que de otoños se convierten
en tu nombre.
Y tu nombre en estas hojas
que secas caen temblorosas
que por penas caen secas.

viernes, 7 de junio de 2013

Camila

MUJER,

¿Hasta dónde nos alcanza tu presencia?
¿A dónde tendremos que viajar para encontrarte?

Tu nombre se extendió con la brisa marina,
con esa fría ráfaga que trae la marea,
con la inquietante fuerza del oleaje que irrumpe en todos los roqueríos,
Con ese silbido que NO nos calma,
que nos ahuyenta,
que nos vuelve pájaros asustados en la inmensidad de los aires
que poco y nada saben de encontrar el rumbo
que de niño tienen todo…

Pero que vuelan juntos
Porque tu nombre se extendió para no sabernos solos
Para reconocernos
Para perdernos aunque sea en compañía.

Mujer,
¿Hasta dónde tendremos que viajar para encontrarte?
¿Acaso te hiciste tierra?
Porque si así lo es
Nos confunde TU ENTEREZA
De haberte esparcido por los pueblos,
De saberte la proclamación de la rebeldía,
De comprenderte como el puño alzado
De los que no tienen miedo

Y yo tengo miedo…

Pero me calma la fuerza de tu nombre,
La fuerza de los que te nombran,
De los que te quieren,
De los que te buscan,
De los que no te encuentran,
Y de los que te viven.

¿Acaso te hiciste también en ellos?
¿Acaso te hiciste en nosotros… en mí?

Y los cristianos te hacen en un cielo,
Que yo no creo,
Pero me gusta imaginarlo

Imaginarte

Porque mientras te escribo
Mientras te leo,
Me hablas
Y te escucho,
Te ríes
Y me rio…

Entonces entiendo,
que vuelves en mí,


que vuelves en nosotros.