O D I N E A

lunes, 5 de julio de 2010

liberta

Que me permitan sin cobrarme,
de saborear los colores libertos
aguados o espesos, mezclados,
impuros, tímidos, fugaces,
vividos.
Sentarme en la acera,
cubierta de manos pequeñas,
que se risueñan polvorientas
y se espantan de pintores aparentes.
Se recuerdan unidos, abrazados,
casi resueltos en uno mismo,
Como si cuadros enteros le regalaran los trazos,
en una pintura que aún se pinta.
Y nos marcamos risueños,
en una estela infinita,
que recuerda el cemento
sentados en la misma acera.
Así se acercaron,
otros colores que fueron libertos,
construidos esparcidos,
juntos en nuevos fugaces.
Supimos todos
cartas de nuestros recuerdos,
sonrisas que nos pintan,
soñados en tantos trazos.