hay afanes que resultan insólitos,
como aquellos que abren los ojos
y te atreves dormida a seguir mirando.
Hoy recibí cariños ajenos
en una extraña mezcla nostálgica y perecida,
que me revolvía el estómago por no seguir móvil
y me repara en vicios torpes
que tal vez me den respuestas seguras.
Se sabe no resuelta,
y se confiesa incierta en un vértigo tembloroso,
así me permite seguir en un paso
que abandone vicios.
Hay cotidianos que se caducan
en torpes caminos ya poblados,
que finalizan el día naranjo
continuando violetas por bordes mágicos
y no sé cómo se encinta una verdad
que cierre el paso a los pasajeros
que ya de vividos se les gastan las suelas.
y sigo en un paso que abandone vicios.
miércoles, 31 de marzo de 2010
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